Hato-Ratón - 1960

Hato-Ratón - 1960
Para la reconstrucción de nuestro pasado más reciente nos encontramos con la dificultad de la dispersión de las fuentes, y de la existencia de importantes lagunas temporales y geográficas, características estas comunes al conocimiento de cualquier periodo histórico. Sin embargo exclusivo de la historia contemporánea es la presencia de la memoria colectiva de los que han vivido los hechos que se quieren reconstruir o que han heredado las vivencias, y que abren nuevas líneas de investigación como es la historia oral.

domingo, 11 de febrero de 2024

Santiago Mora Asían, el "Curita" , su legado taurino, segunda parte.

 


D. Juan de Dios Pareja-Obregón a través de nuestra prensa local nos comenta como se organizó estos festejos benéficos: todo empezó como empezaba siempre. ¡Necesitábamos dinero para la Cabalgata de Reyes Magos! ¡Mucho dinero! ¡Montañas de dinero...!? Nos preguntábamos. Más festivales taurinos no podíamos organizar, no teníamos más toros y la gente estaba ya un poco cansada de tanto toreo (habíamos celebrado ya unos diez festejos).

Eran los tiempos de Guerrita, Manolo, Sanlúcar, Pinchito, Tirito, Chocolate y la colaboración extraordinaria de Cánovas y Villarito. Yo actué también en varias ocasiones y en una de ellas, como rejoneador, tuve un percance en un ojo que casi pierdo de vista. Estos espectáculos eran unas veces en serio y otros en broma. Siempre respondía la gente llenando la Plaza, porque creían en mí y sabían a dónde iban los beneficios. ¡Bendito sea el público sanluqueño! ¡Dios se lo pagué con creces!


Todavía me río, recordando el mano a mano del Borlita y Victoriano, con el que la gente se divirtió de lo lindo. Tenían que actuar por la tarde y los vestimos de torero a las siete de la mañana. ¿Os acordáis, Curro Castro y Alejandro Morillo? Ese mismo día anuncié en los carteles que haría el paseíllo un extraño encapuchado y la persona que adivinara quién era recibiría en el acto cinco mil pesetas. 

 

 

 Peña Taurina de Manolo, Sanlúcar

 

Manuel García “Palmeño”

Esta fue la primera vez que toreo Santiago en la plaza de toros de Sanlúcar la Mayor, pero al año siguiente, en 1968, se tiró de espontáneo en un toro de Manuel García “Palmeño” de Palma del Río (Córdoba). Nada más saltar a la plaza puso en posición su muleta cuando por detrás José “Cánovas” le retira la muleta y esquivando al novillo pudo salir de aquel trance.

Don Antonio Becerra comentó en una de sus tertulias que debieron dejar torear a este valiente joven Santiago “el Curita”, pero en el camino lo encontraremos.

En aquella ocasión fue contratado como camarero para la feria de Sevilla por Juan de Dios Pareja Obregón para su caseta, estando trabajando en la caseta Juan de Dios Pareja Obregón le comunica que para la próxima feria de Sanlúcar torearía como sobresaliente.
 



 Preparando el cartel de la corrida de aquella feria, tomó el nombre de Santiago Mora, el “Curita" hizo el paseíllo como sobresaliente con José Rivera Pérez, apodado «Riverita», (Hermano de Paquirri) acompañado por Ramón Castro "Villa Huevo".

El casino de Enrique fue muy popular durante toda su existencia, era el lugar donde concurrían numerosos personajes de la sociedad sanluqueña, aunque existía el otro casino, conocido como Círculo Sanluqueño, el de Enrique, fue el más popular, ya que no se exigía ser socio, a su terraza acudían todo tipo de clientela.

En una de aquellas tardes de primavera se encontraban en la terraza de Enrique, en la acostumbrada tertulia taurina José “Cánovas” con sus alumnos, comentando la próxima corrida que tendría lugar en nuestra vieja plaza, Santiago, al ver a Pedro Castaño Pacheco “Periquín” le pidió que por favor le consiguiera una chaquetilla corta para el próximo festejo. En el cartel estaba anunciado José Rivera Pérez, apodado «Riverita», (Hermano de Paquirri) que torearía un solo toro de la ganadería de Pablo Romero, ya que era un toro quebrado de desecho, y un toro así no podía lidiarse en plazas de primera categoría.

Este festejo taurino fue organizado por Juan de Dios Pareja Obregón, como casi la mayoría de los festejos presentados en nuestra plaza de toros en esta década de los años 60. En el cartel también estaban anunciados como sobresaliente Santiago Mora, el “Curita” y Ramón Castro "Villa Huevo", ambos asieron el paseíllo junto a «Riverita», como solo había un toro, ambos sobresalientes solo acompañaron al torero.

 

Santiago el “Curita” lucia para esta tarde un traje de corto muy especial, los pantalones de rayas se lo presto su maestro José “Cánovas” y la chaquetilla del famoso bailado Antonio Ruiz Soler >Antonio el Bailarín< a petición de Pedro Castaño Pacheco “Periquín” que fue su administrador y contable durante algunos años.

La chaquetilla fue lucida por Santiago el “Curita” para esta ocasión tan especial para él; esta chaquetilla fue estrenada en el Teatro del Liceo de Barcelona para una obra de Albéniz - Jugando al toro -de E. Halffter. Es esta una época de evolución en el concepto creativo de del famoso bailado Antonio Ruiz Soler >Antonio el Bailarín<.

 

                       

Al final esta chaquetilla se quedó en Sanlúcar, paso a manos del maestro José “Cánovas” que la luciría en varias ocasiones en los últimos festejos organizados en nuestra plaza, luego paso a mi padre Ricardo Martínez Álvarez el “Niño de la Isla” de la que pudo lucirla en dos novilladas en la que intervino en nuestra plaza de toros a mediados de esta década de los 60, por último mi padre se la regalo a Maricarmen Marín Garrido (mariquilla la Chapona) nuestra paisana y que aquel año tuvo su presentación artística en nuestro cine Cataluña, cuyo nombre artístico fue, Soledad Monte, aunque también es conocida en nuestro pueblo como la hija de la "chapona”.
 

En otra de sus aventuras nos cuenta que partieron en la furgoneta de su paisano, el "Paino", fueron a un festival Concurso de Alcalá de Guadaíra con ganados de distintas ganaderías, entre ellas la de Concha y Sierra, entre los más conocidos estaban Curro Romero, Paco Camino, Diego Puerta, Juan de Dios Pareja Obregón.

José “Cánovas” le presta una muleta por si le dejaran torear, uno de los toros de Concha y Sierra salió muy malo, y le aconsejaron que no lo toreara, en el segundo Juan de Dios Pareja Obregón le dijo a Santiago, - venga a ver cómo te portas -, Santiago tomo la muleta y le dio varios estatuarios, dos naturales y uno de pecho, el público aplaudió su corta faena y felicitado por su maestro “Cánovas” y Juan de Dios Pareja Obregón.

   

            Y ocasiones se presentaron muchas, pero casi siempre sus compañeros trataron de apartarlo en aquellos momentos donde ponía todas sus ilusiones en intervenir y mostrar que él también era torero.

 


El maestro José “Cánovas” siempre tuvo en consideración a Santiago, fue uno de sus alumnos aventajado en sus entrenamientos, no faltaba nunca a sus encuentros en aquella corredera, de noche o de día, Santiago ponía todo su interés en los consejos que el maestro siempre le daba

 



 De aquella época de mediados de los años 60, nos recuerda los aficionados que solían encontrarse en la escuela taurina del maestro José “Cánovas”: José Jaén, el "Machote", José María Escame, Antoñito "las Vacas" que fue mecánico del taller de Juan Nely), Rafael Santiago, José Ortiz Iglesia, Luis el "picuiño", José amores (Hermano de "el pincho", Santiago el "Curita", Mariano Martínez, y Ramón Castro el de villa huevo, que fue practicante en nuestro pueblo bastantes años y que no faltaba nunca a todos los encuentros taurinos que se organizaban.


Todos los encuentros taurinos que se organizaban se acordaban en las tertulias en el casino de Enrique en la plaza del pueblo. Cierto día los compañeros pillines de charranadas quisieron gastarle una broma a Ramón, la broma consistió en que Manuel Villarito que vivía en la calle Fuentes, le diera a Ramón Castro el de villa huevo un saco para que transportara a hombros una cabeza de toro de estas embalsamadas, pues la idea era que harían prácticas en el campo.

Tomaron el camino de los tres liños hacia lo de Pablo Romero, aquel día rondaba la finca el mayoral José Muñoz Ríos, más conocido como “Pepete”, y claro, ante su presencia tenían que tener mucha vista para no meter la pata, Pepe “Tirito” y Santiago se pusieron a jugar al toro mientras Ramón con aquella cabeza tan grade y pesada hacía de toro, Ramón después de cargar la pesada cabeza de toro durante todo el camino la utilizaran más que para gastarle la broma a Ramón.

Por la noche, como todos se reunían en el bar del casino de Santiago, en la plaza a la acostumbrada tertulia, el padre de Ramón, que era militar, se presentó buscando a los responsables de la broma, a su hijo, y, mejor, omitir lo que este señor dijo con voz enfadada a los responsables de tal broma.


 Ramón Castro fue muy querido por sus compañeros de aventuras en aquellos años, era uno de los más jóvenes y por su inocencia muchas de las bromas recaían sobre él. En el deporte es partidario del Sevilla, y la Semana Santa es otra de sus pasiones, y algún día conoceremos aquellas aventuras de su juventud en nuestro pueblo.


José Cárdena “Cánovas” figura como maestro de ceremonia en todas las fiestas taurinas celebradas en nuestra plaza, encargado de abrir la puerta del chiquero, fue el maestro y amigo de todos los que pasaron por su escuela, ayudo en lo que pudo para que ellos triunfaran, izó de intermediario entre ganaderos y apoderados para que sus chavales intervinieran en las corridas. 


Sus alumnos les recuerda con gran cariño y amor, pues muchos de ellos gracias a su constancia y entrega para que adquirieran un conocimiento básico del toreo y llegaran a cumplir sus ilusiones.

El maestro “Cánovas” sigue siendo recordado en cada una de las aventuras que estos jóvenes disfrutaron junto a José Cárdenas, por lo que siempre será un homenaje en cada una de nuestras narraciones, porque sin él, nada de esto hubiera ocurrido.

 

         Santiago nos recuerda muchos de aquellos días de tientas en la finca de Hato Ratón de D. Carlos Melgarejo junto al maestro y sus compañeros, hasta tres semanas consecutivas permanecían en la finca interviniendo en las faenas de la ganadería. La cocinera les preparaba un venado mientras Pepito Salado el fotógrafo les inmortalizaba con su cámara, en los días de tientas todos intervenían en darle unos pases.


Santiago siempre fue muy atrevido, y yo diría que valiente, trabajando en la estacada de Cerero cortando hiervas para el ganado de su padre, Santiago salto la valla para enfrentarse a un toro de armas tomar, con un saco y una hoce Santiago le dio varios pases, y gracias a Antonio Montes el mayoral que le quito el saco y la hoce después de saltarse tres alambradas salió a salvo de aquel trance.

    

 

  CONTINUARA...

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